El mercantilismo globalizado del fútbol

El mercantilismo actual del fútbol está empujando a un deporte tradicional, acunado en sus raíces, a un nuevo globalismo futbolístico en el cual no importa de dónde vengas ni cuáles sean tus identidades, sino que lo que prima es el cuánto vales.

Da igual que seas de éste o de aquél equipo, que siempre hayas jugado en tal o cual. Lo que la actualidad marca es el precio y el nombre. El dinero y la fama futbolística. El mercantilismo globalizado, los sponsors, la imagen, la televisión, la política,…, el negocio.

Negocio por encima de cualquier cosa

Hay equipos que tratan de sobrevivir a la borágine mercantilista, como el Athletic de Bilbao, que sigue fiel a sus costumbres de cantera. Y hay otros que fichan, gastan y gastan con tal de estar presentes en todo el circo mediático, como el Real Madrid y sus 'megaestrellas' de 100 millones de euros: Bale y Cristiano Ronaldo. Dos personas, dos chicos que han roto todas las barreras de la lógica empresarial en el fútbol, dos cantidades de dinero pagadas por dos futbolistas que desvirtúan la razón y la realidad en el deporte. ¿Hasta dónde se podrá llegar con tal de 'ser' los mejores? ¿Realmente el bueno de Christian Bale vale 100 millones? Permitidme que lo ponga en duda.

Todo es marketing, 'business', televisiones, transacciones, dentro del asqueroso y profundo mundo de los negocios que salpican el fútbol, poniendo en peligro la belleza de un deporte que se tambalea por culpa de todos aquellos que quieren hacer NEGOCIO con los futbolistas y con el fútbol. El deporte espectáculo se desquebraja, la Liga española está más 'escotizada' que nunca, debido a la brutal e indignante diferencia de presupuestos entre los dos grandes y gigantes, Madrid y Barcelona, con presupuestos hasta 60 veces mayor que algunos equipos de Primera División, también llamada la 'élite'. En esta Liga bipolar, ¿Es posible competir en estas condiciones?, ¿de verdad pertenecen a la misma categoría?

La sombra del fútbol: los representantes

Futbolistas que cambian de equipo, constantemente, que no llegan a sentir la identidad del Club en el que juegan, pero que besan el escudo, y en su presentación afirman estar en el equipo en el que siempre quisieron estar. Pero luego, una temporada después, hacen las maletas para jugar en otro de 'sus' equipos, al que también besan el escudo tras marcar un gol. ¿Por qué?, ¿son tan mercenarios los jugadores?, ¿quiénes son los verdaderos responsables de tantos movimientos en el fútbol?

Cifras escalofriantes de traspasos de futbolistas, un mercado de fichajes que se mueve cada temporada, y todo ello, marcado por la ardua tarea de unos señores que manejan las transacciones mercantilistas del fútbol, unos nombres que se mueven en la sombra, de los que no se habla pero que son los verdaderos dueños de este deporte: los representantes. Todos quieren pillar tajada del traspaso de un futbolista, todos quieren estar presentes en el negocio del movimiento de un jugador de un equipo a otro.

Todo ello está condicionando el fútbol actual. Un deporte que ha dejado de ser un simple juego para convertirse en negocio, y lo que es peor, un deporte que juega con los sentimientos de las personas, de los hinchas, de esa gente que quiere a su equipo, que siente sus colores y que sin comerlo ni beberlo, se han convertido en las verdaderas víctimas de este deporte-espectáculo. ¿Hasta dónde vamos a llegar?, ¿tiene esto un límite?, ¿explica esto la baja afluencia de público a los estadios?