Voces contra la globalización: la estrategia de Simbad

El título de este artículo se refiere a un documental que analiza la situación socio-laboral contemporánea. En general, se trata de un vídeo que sustenta un completo análisis, tejido con buenos enfoques y argumentos, sobre la inmigración, la precariedad, la deslocalización empresarial, el trabajo esclavo, el consumo y el capitalismo en general.



A mi juicio, el vídeo refleja bien la situación, aunque, puestos a analizar, podrían haber mostrado alguna solución.


Sintetizando todo lo más que se pueda, la reflexión que puede sacarse del vídeo enlaza con una visión personal del mundo: sólo se busca el beneficio económico. A este respecto, uno de los personajes que aparece en el vídeo, el cantante Manu Chao, confiesa que, para él, son las empresas las que mandan. También añade que, bajo su punto de vista, no existe la democracia, pero lo realmente significativo es que "estamos bajo una dictadura del dinero". Claro, tomando esto como punto de partida, se pueden explicar la inmensa mayoría de fenómenos que invaden el mundo globalizado.

Ahora bien, tratando de ir un paso más allá, puesto que estamos en un blog de fútbol e interculturalidad, el vídeo no podía venir mejor. De hecho, Europa es el destino de los mejores futbolistas africanos, y esto puede ser el detonante del racismo que se ha generado (y que por suerte parece ir extinguiéndose paulatinamente al menos en Europa) en torno al fútbol. Pero no quiero entrar en ello, lo dejaremos para otra ocasión.

Al margen de esto, creo que por otro lado, la importancia, tal como lo veo, está en el fútbol como negocio. Lo del fútbol a las tres de la tarde para asegurar el mercado oriental, o mucho más cercano, tal y como veíamos hace unos días, con la decisión de las televisiones de implantar partidos de fútbol los lunes y los viernes. Los fichajes "hipermegamillonarios", el marketing en las camisetas, el precio de las entradas, lo que cobra Cristiano Ronaldo por segundo, ...

Es decir, el fútbol ha sido tomado por empresarios, que compran (literalmente) equipos de fútbol para proyectar sus negocios. Entonces, hay dos cuestiones centrales en este mundo globalizado del fútbol: ¿está todo megacontaminado por los poderes capitalistas del dinero?, ¿existe, al menos a un primer nivel, el fútbol como tal, como deporte, sin que esté contaminado por los intereses empresariales ni el beneficio económico de unos pocos magnates?