Confieso haberme emocionado. Escuchar el You'll never walk alone en directo en Anfield, es capaz de erizar el vello del más tenue y sombrío ser humano. (sube el volumen y disfrútalo, verás que no miento.)
Da igual que no te guste el fútbol, que no sientas la pasión de una hinchada que vibra con los latidos de sus colores, o incluso que el deporte te resulte algo banal y lejano. Da igual. Anfield es distinto. Es un himno, un sentimiento, una seña de identidad. No importa que detestes el balompié: los poco más de dos minutos que dura el himno son mágicos.
Esas 45.000 almas alzan sus voces entonando una melodía que les brota de las entrañas. No cantan, no: suspiran, poniendo su sentimiento en los acordes del Nunca caminaras solo.
El fútbol, la religión de Liverpool
La gente en Liverpool vive el fútbol de una manera muy pasional. Me atrevería a calificarlo de una auténtica religión. Quizás, haya que tener en cuenta que "el fútbol moviliza sentimientos
profundos porque representa sentimientos colectivos", tal y como se expresa en Fútbol y Cultura (Damo, Arlei S. y Oliven, Rubén G., 2001), o quizás sea una "válvula de escape" de las clases trabajadoras. Este tipo de análisis de la cultura futbolística-social en Liverpool da para otra entrada en el blog, no quiero perder el hilo.
Sea como fuere, lo cierto es que en Liverpool todos sienten los colores, y eso se deja notar en cada rincón de la ciudad, y sobre todo, en momentos como en el preámbulo de un partido en Anfield, cuando las voces de la afición se funden en un solo cántico para entonar una melodía que simboliza su devoción: Nunca caminarás solo.
¿Os habéis quedado con ganas de más? Está bien, este es el vídeo que yo mismo grabé en Anfield, en el partido Liverpool-Gomel de Europa League, de ronda clasificatoria (9 de agosto de 2012): el Nunca caminaras solo visto desde la mítica grada The Kop.
imagen1 @acastellonm / imagen2 Sanjiva Persad / imagen3 Eric Kilby / video2 @acastellonm
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