El fútbol, ese misterioso deporte que hace que millones de personas en todo el mundo pierdan la razón, y se aferren a unos sentimientos que solo son capaces de comprender aquellos que los comparten. ¿De verdad ponen sus ojos los políticos en este deporte?
Sí, bien, pero el fútbol tiene una enorme implicación en la actualidad, un maremágnum de conceptos que aglutina todas las capas de la sociedad. El fútbol es economía, pasión, sentimientos, mercado, globalización, “pan y circo”, negocio y política (y muchas otras cosas más). Es imposible desligar el concepto político del mundo del fútbol. Desde los tiempos más remotos en los que el deporte del balompié comenzó su andadura, la política se ha apoderado de su poder para meter baza. Personajes del calibre de Hitler o Franco, por poner un ejemplo de peso, hasta cualquiera de los que dicen llamarse políticos en la actualidad, se funden en mensajes futbolísticos para llenar su incapacidad para hacer política de verdad. Pero no quiero desviarme del tema.
Recurramos a las declaraciones de Esperanza Aguirre (cuánto le gusta la polémica a esta mujer).
Señora Aguirre: ¿por qué no se dedica a hacer política social, a ayudar a sacar adelante su Comunidad y deja de entrometerse en el fútbol? A sí, perdón, que hemos quedado que el fútbol impregna todas las capas de la sociedad.Si esta mujer hace este tipo de declaraciones, es porque el fútbol es política, y viceversa. No es más que un ejemplo que pone de manifiesto el poder de este deporte.
Los silbidos nacionalitas
Final de la Copa del Rey 2012. El buen hacer del Atheltic de Bilbao y del FC Barcelona quiso que se disputaran el trofeo del monarca español. Ambos clubes tienen ese cáliz de independentismo, ese aire de separación nacional. Huyen de la españolización y promulgan sus señas de identidad nacionales por doquier. Entonces, ¿por qué juegan este trofeo? Bueno, esto da para hacer otra entrada en el blog.
A lo que vamos: 18 de mayo de 2012, estadio Vicente Calderón (Madrid). Cerca de 50.000 vascos y catalanes en las gradas. Llega el momento de comenzar el partido y el himno español se escucha por los altavoces. Todos sabían lo que iba a pasar, ¿verdad?
Vamos a ver si me entero. Resulta que decimos que los políticos y los clubes utilizan el fútbol para hacer política. Pero los aficionados también.
Resulta curioso lo que se escucha al comienzo del vídeo. Los gritos de ambas hinchadas al son unánime de "Esperanza Hija de...". Pues sí, lo ha conseguido, ha logrado crear polémica y politizar la final de la Copa del Rey. Lo que también es curioso es que Televisión Española baje el audio y suba el himno para que no escuchen tanto los pitos (en el segundo 47 del vídeo).
En definitiva, desligar la política del fútbol es imposible, ya que este deporte ha logrado engullir el peso de la sociedad. Ello hace que sea una perita en dulce para cualquier político.
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