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lunes, 24 de mayo de 2010

La final de Champions colapsa Madrid

Es tremendo lo que genera el fútbol. Como bien sabéis, el pasado sábado 22 de mayo Madrid fue el escenario de la final de Champions League que enfrentaba al Inter de Milán con el Bayern de Munich.




Pero pasear, bajo un sol de justicia, por las calles de la ciudad a lo largo del día de la final, era una auténtica muestra de "colonización". Miles y miles de lombardos y bávaros, ataviados con bufandas, banderas, o cualquier otra muestra que los identificase con los colores "neoazzurro" o rojo y blanco, no pararon de cantar (y beber). Precisamente en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, la Puerta del Sol, se concentraron miles de seguidores durante todo día, en lo que era un auténtico hervidero, tanto de ítalos como de alemanes, ambos coreando cánticos típicos de sus respectivos equipos.

Cuatro horas antes del partido la estampa era colorida y multitudinaria,y las fotos con los hombres estatua, que hicieron su agosto, fue otra de las instantáneas que muchos aficionados se llevaron de recuerdo. Mientras, en los otros puntos calientes del día, el contraste era palpable. La “fan zone”, el punto de encuentro oficial que cada hinchada tenía asignado, fue un ir y venir de seguidores durante todo el día. Los “neoazzurros”, cuyo epicentro estaba ubicado en la Plaza de Azca, dormitaban y descansaban, en clara muestra de agotamiento previo a la exaltación que ansiaban tener durante el partido. Llegando al Parque de Berlín, lugar de “quedada” de los bávaros, podía contemplarse autobuses procedentes de tierras germanas, en cuyo espacio dedicado a alojar el equipaje, disponíanse centenares de cajas con botellines de cerveza. Aquí sí que cantaban los miles de aficionados del Bayern, mostrando que sus gargantas ya estaban preparadas para jalear a “sus” jugadores durante el partido.

Sin duda, creo que no hay otro espectáculo ni otro evento en el mundo capaz de generar lo que el fútbol promueve: sencillamente impresionante. Más de 800 vuelos llegaron a Madrid para la final, ciudad que se estimó unas ganancias de 50 millones de euros, que dejaron las más de 120.000 personas que llegaron a la ciudad. Por si fuera poco, más de 170 millones de personas vieron el partido en el mundo, según Ep.

¿Qué otro evento es capaz de traspasar las fronteras del modo en el que lo hace el fútbol?

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