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miércoles, 23 de marzo de 2011

La importancia del rebote… y la suerte

“Pero mira que han tenido suerte”, se escucha tras la finalización de un partido. Apelamos a ella con una gratitud y una ligereza, que parece ser la verdadera culpable del fracaso, cuando en realidad, no es más que la mayor de las excusas. ¿Por qué cuesta tanto asumir una derrota?, ¿por qué es tan complicado ver que el rival ha sido superior, y lo único que se dice es que “han tenido suerte”?



Parece que al mencionar la suerte, la conciencia del futbolista o deportista se limpia, no tiene peso: han tenido suerte y punto. Con ello se justifica o se minimiza el impacto de una derrota, un mal partido o un gol. La suerte. En fin, mucho me temo que la suerte no se tiene, que se busca, y la encuentra aquel que está más concentrado en el juego, que está bien posicionado y que tiene su mente y sus sentidos puestos en el lance del juego.

En baloncesto, por ejemplo, el rebote es clave, y no se dice: “qué suerte han tenido, le han caído todos los rebotes”. Simplemente se tiene en cuenta como uno de los factores que explican lo bueno (o malo) que ha sido un partido para un jugador; así, los rebotes que captura el Gasol de turno le sirven para engrandecer los números que presenta en el partido. Entonces, yo me pregunto: ¿por qué en el fútbol no se tienen en cuenta los rechaces, como en baloncesto se tienen en cuenta los rebotes?, ¿acaso no es importante el estar bien posicionado en el terreno de juego y concentrado en el partido, como así sucede en el basket?

Hay cosas que no entiendo, y las excusas son esa clase de sinsentidos que parecen limpiar la conciencia de alguien que no ha hecho su trabajo como debiera: menos suerte y más rebotes.

Imagen sujeta a licencia CC / Autor americanistadechiapas

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